jueves, julio 17

A Propósito de tí

Miento. Miento cuando te hablo, miento cuando te veo y me miento cuando siento mis nervios a gritos para que no lo haga, y miento porque en realidad nunca lo deje, miento porque en realidad nunca te asesiné, como he asesinado a otras personas en mi vida.

Me siento humillado porque estoy aquí, parado sin saber qué pasa por tu cabeza, qué me quieres decir ni qué estas a punto de hacer, simplemente se que cada vez que digo tu nombre terminas gritando, y que cada vez que escucho el mío me sonrojo. Se que fui un mal tipo, se que la soledad no era exactamente lo que ambos queríamos, y que realmente nunca debió ser, sin embargo el tiempo paso y ambos lo olvidamos, asi como olvidamos la sensación, olvidamos los olores y olvidamos nuestra piel.

Y ahora todo se ha ido, pero me miento al pensar que es así, me miento al mirarte de reojo y me miento al no decir que te quiero, porque esa es la verdad. Cuando me golpeas, me contradices, te comes mi colación, me pides algo, me retas, cuando te soy indiferente, cuando finjo que me gusta tu música, que luego no puedo parar de escuchar, porque desafortunadamente las cosas que me hacen odiarte, son las que también me hacen quererte.

Realmente no se qué digo, ni qué estoy haciendo, pero si vas a decir que no sabes, si vas a decir que no entiendes, si vas a mitigar mis palabras, prefiero que te detengas, que calles, que el silencio sea tu respuesta, porque tengo solo un corazón, que prefiere la esperanza que la desazón.


[perdido]


1 comentario:

Anónimo dijo...

No es lo mismo estar solo que estar solo
en una habitación de la que acabas de salir
como el tiempo: pausada, fugaz, continuamente
en busca de mi ausencia, porque entonces
empiezo a comprender que soy un muerto
y es la palabra, espejo del silencio
y la noche, el fruto del día, su adorable secreto revelado por fin.

Tendría que empezar a ser de nuevo
para aceptar el mundo como si no fuese
solamente lo único que conservo de ti,
tendría que olvidarme
como se olvida lo más negro de un sueño,
soplar en mi conciencia hasta apagar mi imágen,
cerrar los ojos frente a los espejos,
deshacerme y hacerme, soñar siempre con otro,
morirme de mí mismo
para no recordarte a cada instante
como el ciego recuerda la luz y el condenado a muerte
la vida, toda ella, en un abrir y cerrar de ojos,
porque estás más adentro de mí que yo mismo
o existo porque existes
o yo no sé quién soy desde que sé quien eres.

No es lo mismo estar solo que estar sin ti, conmigo
con lo que permanece de mí si tú me dejas:
alguien, no, quizás algo: el aspecto de un hombre, su retrato
que el viento de otro mundo dispersa en el espacio
lleno de tu fantasma desgarrador y dulce.

Monstruo mío, amor mío,
dondequiera que estés, con quienquiera que yazgas
abre por un instante los ojos en mi nombre
e, iluminada por tu despertar,
dime, como si yo fuese la noche,
qué debo hacer para volver a odiarte,
para no amar el odio que te tengo.

Es inútil
buscar a tu enemigo en el infierno
suyo y de esta ciudad, allí donde la música agoniza
larga, ruidosamente en el silencio
y beber en su vaso para verte
con su mirada azul, roja de odio,
el vino que refleja su secreta agonía,
la que en su corazón en ruinas danza
a la luz de la luna tan desnuda como ella
con la misma afrentosa lascivia de la luna
que no se muestra al sol, pero acepta su fuego,
esa virgen tatuada
por los siete pecados capitales
no eres tú o eres otra;
alguien, quizá yo mismo, entonces toca
mi frente y me despierto como el fuego en la noche,
en toda mi pureza,
con tu nombre verídico en los labios.



Perdona, pero ese poema es la primera mierda que se me vino a la cabeza después de leer la hueá que escribiste. Es como lo que te pasa.
Y ai loviu (K)!!!!!