sábado, noviembre 29

[Texto perdido 43]

El otro día me iba de viaje, y ahí estaba, alta, delgada, no recuerdo su nombre, en realidad nunca la conocí, siempre estaba en los pasillos, riéndose cínicamente alrededor de un conjunto de arpías y brujas. Cómo se llamaba… aun no recuerdo si era de mi generación o menor, pero me hizo recordar mi antigua realidad, esa desaliñada, cruda y desinteresada, no sabía quien era, ni que tan alto eran los árboles en la avenida de enfrente, estaba siempre mirando hacia abajo. Alta, delgada, con su gran nariz, sin mucha gracia, ¿recuerdas como se llamaba? En realidad nunca me importo, pero durante ese viaje estuvo mas cerca que en mis cuatros años de secundaria. Es raro sentir su aroma, nunca antes lo había sentido, no digo que haya sido bueno ni malo, simplemente fue. Yo la miraba extraño, claro, si estaba pensando en mi, no en ella, sin embargo me miraba con cara desconocida, asustada, desde luego, nunca se imaginó que yo era aquel niño despeinado, sucio, con cara de odio y desagrado, que todos los días miraba con asco sus paseos por ese superficial pasillo. Ahí estaba ella, alta, delgada, sin mucha expresión en su rostro, con aroma a nostalgia, y ahí estaba yo, tres años después, perdido entre recuerdos, mirando hacia atrás.